Lo encontramos en Munich en 1987 y me enamoré inmediatamente y me sentí completamente ingenuo. Convencí a Brigitte de que lo tenía todo bajo control, era un coche estupendo para el viaje a Kulmbach y y y...

Las cosas resultaron diferentes, disfrutábamos conduciéndolo, pero como coche de uso diario era simplemente demasiado viejo, demasiadas cosas andaban mal y demasiado complicado para mí en aquel momento. Nos costó mucho dinero (que realmente no teníamos en ese momento). Sin embargo, nos entristeció mucho cuando murió en el incendio del granero de Friedrichshafen.

Y sin él no habríamos conocido a mucha gente, no habríamos ido a todas las reuniones y y y...

Una tragedia empresarial, pero sin él, Laben sería más pobre...